¡Debemos hacerlo cuánto antes!

Debemos hacerlo cuánto antes,

debemos darnos los gustos en vida

como dice el refrán,

debemos decir lo que nos molesta

abrazar todo lo que nos da la gana querer,

aceptar que nuestro interior llama a gritos

es un deber ineludible ya que la muerte

siempre está cerca y no avisa...

Amemos hoy no dejemos para mañana

lo que podemos hacer hoy y quienes son

cobardes y mediocres se quedan siempre

a medio sentir, a medio hacer, a medio jugarse

La vida no suele ser ligera ni piadosa

pero el coraje del corazón junto a una mente

deliberadamente enlazada a sus planes

todo lo puede; si hay una cruzada interna

para vencerle a los silencios y

a las agachadas cotidianas,

si hay ganas debe haber coraje en acción...

Un amor no debe irse por la cañería de la rutina

una caricia no puede archivarse en un anaquel distante

Una esperanza deja de serlo cuando se realiza, se vuelve una realidad que uno puede enorgullecerse de su concresión.

Si todo es como es... es porque no hicimos algo por cambiarlo o es que la resignación es lo único que conocemos y ponemos en práctica.

Si la distancia o un infortunado hecho de la existencia te dice que debes hacer es que no tienes lo que hay que tener dentro tuyo y te acostumbraste al chaleco de fuerza que te impusieron... es que no soportas la idea del fracaso; peor es no haberlo intentado, te morirás sin consuelo alguno...

Debemos hacerlo cuánto antes, las canas y las fuerzas no son compañeras, las ideas no siempre regresan, las tinieblas suelen ser cada vez más espesas, la jungla se entremezcla con las ansias y te hacen pensar que todo está demasiado difícil...

No hacerlo ahora es ser un timorato y más vale ser un temerario enloquecido que un estúpido desolado y solitario...

Quedarse con las ganas es robarnos a nosotros mismos la chance de un futuro mejor que ni uno mismo se imagina, mejor andar con la frente alta que con una marchita...

Un día que no se pierde... aunque se pierdan todos
Escrito el 30/6/05
www.predicado.com

Un día más y van miles que se pierden en este lugar, van y vienen pero no saben que están haciendo, mueven papeles, ríen mientras agonizan; se derrumban imperceptiblemente.

El malestar es generalizado, buscan el refugio en terapias y en estupideces que nada les brinda... van por más pero no alcanzaron ni siquiera una meta, pierden el tiempo, acumulan papeles y problemas.

El pueblo se irrita, quiere moverlos de alguna manera, pero sólo mueven aguas inconducentes; el paraíso queda muy lejos y el infierno en que viven se alimenta del fuego que se alimenta de la mordaz y generalizada inoperancia y yo los miro y aprendo de sus malas formas con el deseo intenso de no cometer el mismo error..

.Pasan tantas cosas en este país y no pasa nada, mueren muchos sin ver con claridad qué es lo que nos está ocurriendo y yo trato de hacer algo pero no tengo el poder suficiente para cambiar la ruta de la mayoría, hago más de lo que puedo, no me doy por vencida y no lamento abrigar la secreta esperanza de poder cambiar en algo esta situación.

Este día no fue en vano, si persevero en mi propósito, si no me doy por vencida, si hago lo que es correcto y doy un tono diferente a este caótico panorama. Creo aunque no sea suficiente, lucho aunque nadie se entere, persigo la meta aunque nadie sepa cuál es, mato los instantes perdidos para recuperar aquello que realmente vale la pena.

Voy lentamente emprendiendo el regreso a mi casa, no estoy derrotada, estoy recuperando mis fuerzas y restablezco mi estrategia para que mañana sea más eficaz mi tarea de no ser una más que se equivoca sin darse cuenta, haré algo más que quejarme y daré más puntapiés a la mediocridad que en este sitio reina...

Un día que no se pierde... aunque se pierdan todos, yo no...

Dedicado a mí misma que bastante me hace falta!!!

Pateemos el tablero, rompamos el jaquemate cotidiano

¡hagamos historia de una vez por todas!

¿Quién sabe si esta vez no somos los que ganamos la batalla?

Una yapa de mi colección de www.predicado.com
Yo habito y mis hábitos...


El hábito no hace al monje dice el refrán, yo digo que mi disfraz de eficiencia no es ropaje suficiente como para disimular lo que realmente me sucede por dentro.

Tengo un mal hábito; es el de enamorarme fácil y quedarme prendada de ese sentimiento como si fuera lo único que la vida me puede dar.

Hábitos silenciosos de sentir más de la cuenta, dejándome invadir por la fuerza volcánica del deseo delirante del ser amadoAhora, que nuevamente, me encuentro lacerada por el dolor de la pérdida, estoy titilando con mi luz lejana, flotando etéreamente sobre una loca dimensión que yo sólo sé de qué se trata.

Habito en un mundo lleno de contradicciones que me subyuga y somete a sus influencias malignas, de cuyo aire suelo respirar la contaminación de las negativas reiteradas que la vida me trae.

En medio de la rutina, de hacerse agradable, uno se pierde la oportunidad de decir lo que realmente siente; anhelando de una vez por todas sacarse todos los disfraces que no son simplemente hábitos sino una caparazón inquebrantable que nos encierra cada día un poco más.

En el ayer reciente quedaron mis últimas y recientes ilusiones, de qué me puedo quejar no? Si la mayor parte de la gente se conforma con el recuerdo o con mirar los males ajenos que siempre lucen mayores a lo que uno cree estar viviendo.No estoy muriendo, no estoy deprimida, no estoy en caos, no estoy sin esperanzas, no estoy derrotada, sólo me veo dónde no quiero, con quien no quiero ni elijo estar…

Además dónde y con quién quisiera estar; no lo puedo hacer. Hay límites que se imponen que no puedo violar y realmente no me resigno, quiero llegar a obtener eso que mi corazón reclama.

A mi alma y a mis ganas no las puedo enmascarar, ni el hábito de seguir adelante, pase lo que pase, me pueden limitar… Soy transparente, esa es mi virtud y mi peor defecto, así he sido y quiero seguir siendo.

Con lo que soy y lo que hice, muchos conflictos se sucedieron sin que yo pudiera resolverlos del todo, hoy; tengo la inexplicable sensación de que en mi camino puedo encontrar personas que respeten y admiren mi condición. Eso es lo que ando buscando, para dejar otros hábitos que cotidianamente se usan y que uno sabe en lo profundo que no sirven realmente para nada.

Hábito de escribir lo que me acontece, hábito de sentirme parte del todo, más allá de la nada que sofoca, ser un espécimen en franca extinción, amo ser un destello de la emoción aunque pague el derecho demasiado caro y nunca salde la deuda que mis deseos reclaman.

Hey! Por hoy más que suficiente, no?