dagamutante

Friday, August 19, 2005

Una ciudad masónica y un día fugaz


Una daga, una rosa, un poeta y la predestinación tal vez...
Esto lo publiqué el 4/3/05 en
www.predicado.com

Una daga perdida en una ciudad donde el fuego y el calor pudo estorbar su fiesta de fundación formal, signo del destino de esa daga inquieta, afortunada de estar en un lugar donde el calor quemase teatros, donde la gente no frena ante la muerte y que no para ante los transeúntes si así bien le parece...
Una daga escondida de sus propias heridas, evadida de sus dilemas cortantes y sangrantes, armándose dificultosamente un presente sin ningún artificio en un capítulo breve de su discurrir por el mundo de los mortales.
Una daga divagante y deambulante, peregrina de su propio mundo, un episodio de su tránsito rápido por la carne de una sociedad casi muerta sin evidencias de herida algunal.
Una intuición disparada hacia un lugar sensible de un corazón, un clima favorable para su decisión final de labrar un hueco en un roble eterno llamado sociedad, lucha demencial por obtener un reconocimiento en un ámbito que no mira a sus mentes sino a las billeteras, sin embargo ella ríe, camina, vuela, traspasa y llega a dónde ella ni imagina.
Un poeta, una rosa, unas infinitas avenidas diagonales señalando el sino de una cultura que nadie en realidad conoce totalmente, una constelación de secretos inmersos en un trozo del universo; caricias escondidas debajo de las copas de los árboles vetustos de las plazas, quién sabe qué más se oculta en este sitio...
Un poeta, una rosa roja, un color que le recuerda la sangre que se desparrama sobre la historia de la humanidad, sangre que brota calmando el ardor de las fieras que se visten de humanos; quién tendrá las respuestas a tantas preguntas...
Una rosa, una daga sin deseos de hundirse en la carne de una simple mujer que la empuña como si fuese un samurai de las palabras sin destilación ni añejamiento; faltándole la misión a tal arma, todo es difícil de entender pero fácil temer.
Huyeron tantas almas de su presencia, huyeron despavoridamente, tanto que la daga mira con ojos llorosos el resplandor de los que ya no están; enciende un fuego pequeño dentro de un rincón para calentar sus filos hasta que la víctima se acerque lo suficiente... debe tener determinadas características medita; precisa tener coraje y predestinación...
Pensándolo estaba mientras la rosa se acercaba, fugaz predestinación de la música de su interior, signo de la verdad que la playa que iba en su ser, pensándolo iba por los trenes, por las sendas peatonales sin embargo la rosa estaba allí entre sus manos... No dijo gracias, no dio una señal de emoción solamente sintió que era parte del destino que se cumplía; arrogancia de ella y de sus pensamientos de mirada lejana y certera, profunda y mortal tal vez, pero esta vez la herida no llegaba sino una tranquilidad un poco insoportable y agradable a la vez.
Insoportable por lo recurrente a su navegación pasajera del tiempo, agradable porque coincidente y vital hacia subir miles de ideas a la vez, confusión quizás de una daga sedienta de hundirse de una forma única y para siempre.
Una rosa que no piensa, que no siente, que no ambiciona, en un manojo de rosas, en una plaza destila su aroma, mientras una daga se recuesta sobre su lado izquierdo señalando su propio corazón como motivo de exhalación de cariño esperanzado e inesperado. Insoportable levedad de ser una daga que desvelada ve el carrusel del sabor amargo de no saber dónde estará el control la próxima vez, la muerte de una misa repetitiva que dicta una sacerdotisa que no predica lo que reza...
Navegará esta oportunidad sin puerto a la vista. Nunca perderá de vista esa noche, esa flor roja con olor a rosa, su tintura roja en el baño de un hotel, su hemorragia íntima y silenciosa, falta muchas cosas más dice mientras el sol se quiere asomar; insolentemente y sin permiso. Esa daga no quiere que amanezca, porque la noche, las diagonales, la ciudad, el tren, el bar, un ropaje informal, un whisky y un licuado, abdomen desprevenido que se somete para que lo hieran con algo de amor si es que queda algo por dar...
Un centro de la mesa que está hueca, comer un bocadillo mientras se camina a un destino cercano que no se halla, una huella que no esculpe sobre el cemento ni sobre el asfalto. Insolencia de las muertes que no esperan mientras el poeta va a ganarse las migajas que no sabrá dónde dejar; ella una daga destinada a subir y a bajar sin demasiada publicidad, pasajes que se olvidan en algún cajón, un suspiro que no llega pero que se deja adivinar, predestinación de una daga, una rosa y un poeta en una ciudad que no cuenta todo lo que sabe...
LA CIUDAD DE LA PLATA FUE DISEÑADA PENSADA Y SOMETIDA A LOS INFLUJOS MASONES Y ES REALMENTE CURIOSA

ES TAN LINDO VIAJAR TRAS UN SUEÑO, HOY LO PIENSO Y VEO QUE MUCHAS VECES FUE EN VANO... QUE NADA GANÉ, PERDÍ UN DESEO AL PRENDER LA VELA DE MI ILUSIÓN PERO FUI Y ESTUVE DÓNDE PARECÍA QUE LA LUZ DEL AMOR SE PODÍA ILUMINAR, NUNCA DIJE NO, NUNCA DESECHÉ UNA SOLA OPORTUNIDAD Y SI ALGUNA MÁS APARECIERA YO COMO LOCA SALDRÍA TRAS ELLA Y NO DUDARÍA...
AMÉ VIVIR Y VIVÍ AMANDO Y SUEÑO CON VOLVER A AMAR CON PASIÓN Y PLENITUD YA QUE ESTOS TIEMPOS SÓLO SON DE ESPERA Y DE RECUERDOS ME DEJO PENDIENTE UNA NUEVA AVENTURA SEA EN ESTA TIERRA O EN EL MÁS ALLÁ; EN ALGÚN LUGAR DEBE ESTAR MI AMADO Y YO SEGURO LO ENCONTRARÉ HASTA QUE ESO OCURRA SABOREARÉ LO QUE TENGO, DEGUSTARÉ MIS ANSIAS Y LLEVARÉ EN MI CORAZÓN EL FUEGO QUE ALIMENTÉ PARA TAL MARAVILLOSA OCASIÓN