Tu compañía me ilumina

Tu compañía me ilumina, en mis lágrimas se ve el reflejo bello de tu mirada encantada, sobrevivo a mis penurias cuando tus palabras saltan de tu corazón compresivo, no sueño que me acompañas... es una realidad, lo haces como si nada fuera, como si no te importara mis defectos y este estilo de comunicación tan nuestra es un principio de inmortalidad que entre dos construimos... Algo karmático, un trozo del mapa del tesoro de la dimensión de las fusiones de entendimiento que se entremezclan con el afecto simple de entenderse desde algún lugar que no se justifica, simplemente se percibe y se reconoce como real. Pocas palabras, señales inequívocas de que somos buenos entendedores de nuestro dialecto, una fuente sedimentaria de un universo desprovisto de mentiras y las elípticas vibraciones que manan de nuestro interior no suelen decir lo que realmente representan, sin embargo ambos aprovechamos lo que ocurre y no tratamos de apurar el paso...
Esperamos, degustamos, exploramos lo que nos acontece, sin tratar de interpretar antojadizamente lo que nos une, eso nos hace... bien... Y a mí tu compañía en medio de una luz tenue, casi desdibujado tu rostro, me acompaña en las horas de duda, esos instantes en que quiero apurar el paso y no puedo... En esos silencios que ambos tenemos existe un mundo de pensamientos que nos coordinan y nos ayudan... ambos queremos salir del estancamiento, ambos sentimos la prisión del tiempo retardado y lento pero razonamos y nos enfocamos como si estar en compañía nos diera aliento y nos pusiera en camino hacia eso que tanto necesitamos...

M. C. realmente sos un faro en mis noches de tormenta, aunque estes muy lejos... espero que siempre me acompañes...