dagamutante

Tuesday, November 29, 2005

Hoy me pusieron en otro dilema que no esperaba

Iba muy tranquila a decir algunas cositas que siempre caen bien, estaba bien enterada que la vida no es siempre una caja de pandora pero a veces algunas cosas negras aparecen sin avisar.
Mi jefe se transformó en mi juez y me estrellé en su martillo, fui su pócima final, duele decir que uno no se casa con nada, que ya perdí la inocencia, que adoro estar libre y no quiero otras guerras para esta temporada.
A él no le parece bien, que andemos confiando en viejas fórmulas, él propone sus cambios, yo pienso que cambiar no siempre hace que las cosas resulten diferentes; ya tenemos demasiadas antinomias por el frente, demasiadas hogueras en la retaguardia. No quisiera decirle cosas pesadas, ya sé que su carga es muy pesada, pero yo no puedo aliviársela, no tengo la fórmula, ni el coraje de callar la verdad cuando es demasiado evidente.
Él tiene sus incondicionales, uno es mi mejor candidato, realmente siempre lo quise demasiado; pero esta vez las cosas no son tan lineales, me gustaría decir que todo está bien; pero la verdad terminamos siendo viejos jugadores de un juego con las cartas marcadas. Las reglas no sirven, cuando la banca hace trampa.
Yo blandía mi pequeña daga, ellos tenían sus bazucas bien cargadas, qué voy a hacer me corté las venas, sangré y nadie me tuvo lástima, perdí mi última inocencia, ya no tendré nada que abrogar mañana... las lágrimas ya no me sirven de nada... extraño los días en que esperaba que hicieran las cosas bien por la gente.
No hay nadie que se interese por algo más que sus intereses, todo es tan poco y tan pobre como si fuéramos aves de rapiña esperando que la carroña esté lista para comerla.
No soy más que el resto, hoy no paré tanta locura, sé que no hago la diferencia, la sinceridad a veces es simplemente un traje demasiado grande y estrafalario en la sociedad que nos toca vivir... Me pesa este dilema y no le he podido sacar ventaja, perdí y reconocerlo no me cuesta...